"Para serenarnos la mente debe estar vacía, vacía de todo tipo de
actividades, reacciones, pensamientos, de modo que comience la
serenidad y la posibilidad de una consciencia más profunda de las
cosas.
La vida no siempre es lo que parece ser. Las existencias
individuales no son objetos de placer, de rechazo o indiferencia.
Están llenas de significado y propósito por derecho propio. No
sabemos qué es realmente la vida. Somos incapaces de percibirla
debido a las condiciones de la mente. Uno de los Mahatmas dijo que
es sólo en la superficie calma e imperturbable de la mente que las
verdades pueden manifestarse.
Un
árbol no es sólo un objeto que provee combustible, una oveja no es
un objeto que provee carne, las personas no son objetos de amistad o
enemistad.
Pero para el hombre común el mundo está divido en objetos que
sirven para su placer y los que no. Existe una estricta línea
límite entre mi
gente, mis
cosas, mis
intereses y todo lo que es ajeno a esto. Por lo tanto las relaciones
se perciben como algo diferente a lo que quizás son realmente.
Si
le damos un significado a todo según nuestros deseos personales o a
la voluntad propia (que es probablemente lo que hacemos realmente),
bloqueamos nuestra propia habilidad para percibir. Le damos
significado a ciertas personas, a ciertas cosas, a ciertas ideas, y
somos indiferentes a otras. Dividimos la vida en cierto número de
categorías separadas. Algunas personas y movimientos son
importantes para nosotros porque cumplen nuestros deseos o se adecuan
a nuestras ideas. Otros no tienen ninguna importancia porque no lo
hacen. Entonces, tal vez inconscientemente, nuestra valoración de
otras personas o eventos la hacemos desde un punto de vista
totalmente egoísta. Le atribuimos significado a todo lo que nos
satisface, física o psicológicamente, mientras que otras cosas
pertenecen a diferentes categorías. Y toda nuestra escala de
valores se forma así.
Si
nos gusta podemos seguir viviendo en esta irrealidad, podemos
continuar valorando nuestros sueños e ilusiones y a la vez hacer
algo que llamemos meditación.
Eso está bien, pero no conducirá a nada. Sólo será un paso de un
número de actividades fascinantes y pseudoespirituales con las que
nos entretendremos, pero no es la meditación seria que nos guiará
hacia la luz y la libertad."
No hay comentarios:
Publicar un comentario